Cristóbal Quintero, nacido en Pilas en 1974, estudió en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla y fue compañero de curso de Miki Leal, Javier Parrilla, Fernando Clemente, José Pereñíguez y Rubén Guerrero entre otros.  Es un pintor de rasgos característicos al que le entusiasma pintar, transmitiendo siempre la fuerza del creador.

Posee una particular capacidad de captar y transformar imágenes, interiorizando sensaciones que fija en su cerebro como un boceto previo que más tarde concretará en el cuadro. Conocedor y estudioso incansable de la Historia del Arte, trabaja con rapidez y seguridad ofreciendo en cada una de sus obras un juego de armonía y estructura de gran atractivo. En sus obras consigue unos tiempos particulares que las convierten en duraderas al desvelar experiencias que, al mismo tiempo, oculta tras un halo de misterio, presente siempre. Un sí con no, un volver y estar yendo, una forma esencial de construir un lenguaje artístico abierto a la poesía. “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos” escribió Borges.

En Quintero, todos sus cuadros transmiten libertad. Libertad en el tema, libertad en el trazo, libertad en el diseño, libertad en el uso del color, libertad en los soportes. Toda su obra empuja a la liberación plena de los seres humanos y es una llamada al valor de la imaginación en el quehacer diario. Por eso es enriquecedor colgar su pintura en nuestras casas e ir descubriendo con el paso del tiempo, facetas escondidas. No defrauda nunca.

Ha presentado exposiciones individuales en Sevilla, Madrid y Estados Unidos y ha participado en colectivas por toda España. Hay obra suya en el CAAC, en la Universidad de Sevilla y en diferentes instituciones. Ha ganado premios y ha obtenido becas en diferentes años. Y en diferentes países.