Del 29 de octubre al 29 de noviembre de 2014.
En la cultura occidental, el más poderoso aliado de la belleza ha sido siempre la luz. En cambio, en la estética tradicional japonesa, lo esencial es captar el enigma de la sombra. Lo bello en la cultura nipona, no es una sustancia en sí, sino el juego de claroscuros producido por la yuxtaposición de diferentes sustancias que va formando el juego sutil de las modulaciones de la sombra.
En torno a la reflexión acerca de la sombra y la luz en oriente y occidente, y la diferencia tan radical en los gustos y costumbres de las dos culturas, emerge la idea de iluminar mediante el color la sombra en la arquitectura tradicional japonesa.
Esta es la idea nuclear de la segunda muestra individual que Norberto Gil presenta en la galería Birimbao. Vuelve con ello el autor a referenciar su obra en lo constructivo, articulando a través del mundo de la arquitectura su discurso personal y sus preocupaciones artísticas.
La serie viene precedida de otras en las que predominaba claramente la temática arquitectónica. En la exposición «N» de 2012, realizada en la misma Galería, se hacía referencia a la obra del arquitecto Richard Neutra, en ella se apreciaba la inclusión de la arquitectura en entornos naturales áridos e inhóspitos, destacando las casas realizadas en el desierto de Palm Springs. Posteriormente, en 2013, en la exposición «La Mirada Shoji», realizada en la Fundación Cofares de Madrid, es la obra arquitectónica de Charles Eames la que es motivo de estudio, reflexión e interpretación. Relacionando por primera vez la arquitectura oriental y la occidental, utilizando los paneles shoji como soporte reticulado en la obra.