Exposición Actual

Norberto Gil
Línea Horizonte

 

Del 12 de diciembre de 2023 al 19 de enero de 2024.

Inauguración: viernes 29 de septiembre a las 20 h.

Línea Horizonte o un Plan para Extruir el Territorio

 

La exposición “Línea Horizonte”, de Norberto Gil, ofrece una intrincada exploración de las intersecciones entre la visión, la arquitectura y la expresión plástica. El título sugiere una inmersión en la subjetividad de la mirada, destacando la Línea del Horizonte como un elemento crucial en la organización del campo visual en diversas áreas creativas, como el dibujo, la pintura y la arquitectura. Anuncia así la conexión del autor con la arquitectura, en particular con Álvaro Siza, arquitecto portugués formado en la Escuela Superior de Bellas Artes de Oporto (actualmente dividida entre la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Oporto y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Oporto), donde Norberto Gil realizó una estancia de investigación doctoral entre julio y septiembre de 2023.

 

La influencia de Siza en la obra presentada es evidente, revelándose como una narrativa que comparte una visión conjunta, donde Gil contempla tanto el territorio como la perspectiva creativa del arquitecto para cada espacio. Siza desafía el territorio al dialogar entre planos rígidos y la organicidad del entorno, incorporando elementos del entorno y otros ajenos que enriquecen la relación con el espacio. Sus obras arquitectónicas, desafiantes y reflexivas, exploran la escala, la materia y la interacción magistral entre geometría, luz y naturaleza.

 

En contraste con Siza, Norberto Gil no aspira a ser arquitecto, pero su admiración por la aproximación de los arquitectos al espacio es evidente. Gil trasciende la tridimensionalidad, buscando la esencia plástica y, eventualmente, la abstracción. Sus imágenes desmontan la funcionalidad y construyen una nueva dimensión, una poética de la visualidad.
Al descomponer la tridimensionalidad, Gil construye una abstracción que va más allá de las características convencionales de la arquitectura. Su obra no representa simplemente edificaciones, sino una exploración perceptual que recrea la realidad. En este proceso, más que la idea de Línea del Horizonte, es la noción de Plano del Horizonte la que resurge como un conglomerado vital, proyectando lo vertical y lo horizontal y convergiendo todos los puntos de fuga definidos por la mirada del artista.

 

La relación simbiótica entre Gil y Siza es palpable en las telas que revelan el aprendizaje visual y cognitivo de Gil, fundamentado en la observación detallada del territorio arquitectónico y la capacidad de dirigir la mirada hacia lo sensible. Además, la materialidad también se transforma, donde la elección del lino crudo como base es una herencia del conocimiento sobre la valorización de lo natural en la obra de Siza, y se revela como una integración de lo natural en la propia esencia de la pintura.

 

Sin embargo, las pinturas de Gil no son arquitecturas, ni tampoco representaciones objetivas de arquitecturas. No obstante, tampoco podemos dejar de pensar que pueden ser arquitecturas, o representaciones concretas de un pensamiento de arquitecto. Siza se formó en arquitectura, pero le habría gustado ser escultor. Así, no puedo dejar de ver sus construcciones como un continuo ejercicio de escultura, donde la materia, la luz, los volúmenes, el diálogo entre los elementos, la composición, la dinámica, la estética, están siempre presentes. No creo que Gil tuviera el deseo de ser arquitecto, pero sé que la forma en que los arquitectos trabajan el espacio es una fuente de admiración indispensable para él, teniendo así una mirada de arquitecto en el seno de su práctica pictórica.

 

A diferencia de los arquitectos, que parten del territorio para planificar la edificación con el objetivo de alcanzar la tridimensionalidad, en Gil, lo que le interesa es comprender cómo estas son devueltas de nuevo al Plano, al de la pintura. En este proceso, Gil desmonta la tridimensionalidad, renuncia a la funcionalidad y construye una nueva dimensión, la poética de la visualidad, como un proceso de extruir, filtrando y comprimiendo el espacio, la tridimensionalidad, la materialidad, la luz, en un complejo Plano, tal vez un Plano de Horizonte.

 

Por ende, todo este proceso de extruir emerge como el plano de la pintura, donde las coordenadas y la línea del horizonte convergen en un diálogo armonioso entre lo construido y lo natural, entre lo visible y lo intangible, entre la materia y lo sensorial.

 

Así, esta exposición trata sobre un diálogo pictórico con el espacio y la obra de Álvaro Siza, considerando que, para este último, la arquitectura es un diálogo con el territorio; y, en Gil, la pintura es el territorio en sí.

 

Porto, 08.12.2023

Domingos Loureiro
Professor na FBAUP e Investigador no i2ADS

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