Del 22 de septiembre al 25 de octubre de 2022
Resurgir es un serio trabajo que Pérez Ramos presenta en Birimbao para abrir la temporada 2022-2023. Desde que la artista sintió la necesidad de hacernos partícipes de su experiencia, centró su atención en cómo los objetos manejados en una situación de contrariedad y dolor reciente podían “vibrar” con la luz, transformándolos en leguaje íntimo. Y si en sus obras busca siempre comunicar una realidad, consiguiendo subyugar al espectador, en esta ocasión hay que ir más allá de las apariencias para encontrar la profunda interiorización de las vivencias y de los problemas sufridos. Necesitamos mirar cada cuadro con detenimiento para descubrir y descifrar el mensaje ofrecido.
Al igual que el psicoanalista empuja al paciente a reencontrarse y leerse en las imágenes surgidas espontáneamente de sí mismo, también Paz nos va contando en su “Resurgir” una realidad muy íntima y, sobre todo, totalmente sincera. Una manera muy suya de trasladar a imágenes fuerzas invisibles que quiere comunicar y modular como un canto de esperanza y confianza en sí misma, transformando los sentimientos en un prodigio de elegancia. Una manera de expresar zonas de la vida interior que manifiestan un nuevo renacer surgido de un tiempo doloroso que quiere compartir.
Como Vermeer alcanza intensidades de luz deslumbrantes, obligando en ocasiones a cerrar los párpados, la artista nos obliga en esta ocasión a aceptar aspectos evidentes de unas fuerzas interiores –bondad, tolerancia, compasión, sabiduría— que sólo son “signos” del RESURGIR que busca belleza en las mallas de los alimentos que han dado fuerza al cuerpo, en los plásticos duros, guardianes de medicamentos sanadores o en tapaderas protectoras de fuentes potenciadoras de vida.
Pérez Ramos ha vivido en la búsqueda de respuestas creativas y críticas, estudiando, haciendo suyas e interiorizando corrientes tan importantes del siglo pasado como Fluxus, happening, arte del entorno o performances. Todo un mundo presente en cada obra de este nuevo resurgir. Pero cada artista crea en razón de lo vivido. En este caso hay una clara llamada de transformación de sentimientos en belleza, abriéndose a la nueva Bauhaus europea y a ese pacto verde que quiere diseñar futuras maneras de vivir consiguiendo el mantenimiento del planeta. Algo cercano al reciclaje y al entorno, de actualidad evidente.
En las salas de la galería hay una treintena de trabajos montados sobre fondos de cartulina de diferentes colores (de grises a negros, de blancos a cremas) que dan belleza a lo creado. Las mallas van, a veces, rellenas. Crean así volúmenes que, apoyados en el color, definen espacios personales. Algunas tapaderas aceptan reflejos de luz para realzar imágenes, mientras que otros plásticos grises construyen bonitos juegos muy originales. En cada uno de los cuadros de esta exposición hay una explosión creativa extraordinaria. Siendo los colores fruto del azar del momento de la compra, manifiestan un peso y profundidad geométrica que empuja a la reflexión, resultando de una riqueza inventiva sorprendente. A destacar una especie de Pay-Pay en tonos brillantes, para refrescar convalecencias. Terminemos agradeciendo la voluntad de compartir un resurgir espléndido.
Alberto Hevia.